Brecha basal suevítica

Brecha Basal Suevítica en la cuenca de impacto de Rubielos de la Cérida

El término “brecha basal”, originalmente introducido para las rocas de la estructura de impacto de Azuara (ver http://estructuras-de-impacto.impact-structures.com/?page_id=125), hace referencia a la circunstancia de que esta peculiar brecha se encuentra distribuida de un modo regular en la base del Terciario superior post-impacto (y post-Alpídico), no afectado por la tectónica. La capa de brechas, con estratificación horizontal y de más de 20 m de espesor, se halla sobreyaciendo en discordancia las rocas plegadas. En los contactos, en los que más o menos se entremezcla con éstas, no se observa ningún retrabajamiento o formación de suelos. Las rocas del Paleozoico y del Mesozoico proporcionan los clastos angulosos (en ocasiones subredondeados) y los diminutos fragmentos que se hallan inmersos en una matriz carbonatada de excepcional cementación y que a menudo exhibe una distintiva textura fluidal.

Abundan los clastos que son a su vez brechas (brechas dentro de brechas). A menudo, los clastos de caliza y dolomia muestran una textura esquelética y vesicular, que a veces se extiende de modo que tan sólo permanece el borde del clasto y el agujero restante contiene un polvo blanquecino residual. La decarbonatación por alta temperatura, la formación de fundido carbonatado y la subsiguiente recombinación son las causas más probables de este fenómeno. A partir de los análisis de fluorescencia de rayos X , de difracción de rayos X, y de secciones delgadas, Mayer (1991) infirió que había una fase amorfa de SiO2 (alrededor de un 10%) formando parte de la matriz.

Se asume que esta fase se halla en forma de vidrio finamente disperso. En tan sólo unos pocos casos, pueden observarse mediante el microscopio óptico la existencia de partículas de vidrio en la brecha basal. Más significativa es la abundante presencia de cuarzo diapléctico en la brecha basal (Mayer, 1991). La formación de cuarzo diapléctico requiere presiones de choque mayores de 15 Gpa (= 150 kbar) (Bunch et al., 1968). Las estructuras de deformación planar (PDFs) son raras, pero los conjuntos múltiples de fracturas planares (PFs, clivaje) en el cuarzo, el micromaclado en calcita y el fuerte desarrollo de bandas de deformación en micas indican un metamorfismo de choque moderado. De acuerdo con la actual clasificación y nomenclatura de las rocas de impacto (IUGS Subcomisión para la Sistemática de las Rocas Metamorficas, Grupo de Estudio para impactitas), esta brecha basal polimíctica que contiene clastos chocados y fundido, se denomina suevita o brecha suevítica.

Como en muchos casos la matriz de la brecha basal presenta una predominante composición carbonatada, una cristalización de la misma a partir de un fundido carbonatado ha de tenerse en consideración. En este caso, y de acuerdo con la nomenclatura de la IUGS, la brecha basal debería ser denominada como una roca de fundido de impacto. Una clara distinción, no obstante, es difícil, y no debería excluirse una coexistencia de matriz derivada de un fundido y de una acumulación de material clástico.

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Fig. 1. Brecha basal que sobreyace, en discordancia (angular), las calizas del Jurásico. Levantamiento central de la cadena de Rubielos de la Cérida, Sierra Palomera.

Rubielos de la Cérida

Una brecha, que presenta facies comparables y una idéntica posición estratigráfica, es muy abundante también en la cuenca de impacto de Rubielos de la Cérida. Se encuentra en el levantamiento central de la cadena, en las regiones del borde, y en aquellas zonas donde las rocas Mesozoicas emergen entre el Cenozoico y el Cuaternario. La extensa presencia de esta brecha suevítica basal, estratigráficamente expuesta de manera uniforme desde la parte norte de la estructura de Azuara a la parte sur de la cuenca de impacto elongada de Rubielos de la Cérida, a lo largo de una distancia de aproximadamente 120 Km, constituye una potente clave para el establecimiento de un impacto múltiple por la acción de un asteroide o cometa fragmentado (ver http://www.estructuras-de-impacti.impact-structures.com/Archiv/archiv.html ).

Los geólogos regionalistas que refutan el origen por impacto de Azuara y Rubielos de la Cérida (M. Aurell, E. Díaz-Martínez, A.L. Cortés, y otros) consideran la brecha basal bien como un conglomerado, como sedimentos lacustres, o como calcreta (caliche). A través de las imágenes mostradas debajo, los efectos de choque, y la deposición estratigráfica uniforme a lo largo de 120 Km, el lector/a puede decidir si esta de acuerdo (o no) con su interpretación.

Afloramientos de la brecha basal suevítica

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Fig. 2. Brecha basal suevítica en contacto brusco sobre la Fm Utrillas (Cretàcico). Cerca de Fuentes Calientes, en la región este de la cuienca.

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Fig. 3. Contacto basal de la brecha sobre las areniscas de Utrillas; cerca de Fuentes Calientes.

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Fig. 4. Detalle de la brecha basal suevítica de las Figs. 2 y 3. Los clastos fuertemente corroídos reflejan la intensa decarbonatización y/o la fusión del carbonato. La descomposición obviamente confinada al interior de los clastos no está completamente entendida, pero sugerimos dos posibilidades que no se excluyen entre si. Los clastos pertenecían a conglomerados del Terciario inferior del objetivo y experimentaron una concentración del choque en su interior por reverberación de las ondas de choque y magnificación de sus efectos. La otra posibilidad es el calentamiento por choque de los cantos y un enfriamiento externo rápido posterior a la eyección, que únicamente permitió que el interior fuera decarbonatizado y fundido. Clastos con afectaciones similares por corrosión han sido frecuentemente observados en los depósitos de impacto de Azuara y Rubielos de la Cérida.

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Fig. 5. Brecha basal que sobreyace en discordancia las calizas intensamente fracturadas del Muschelkalk. Región sureste del borde, entre El Pobo y Corbalán.

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Fig. 6. Brecha basal que sobreyace las calizas megabrechificadas del Muschelkalk. Levantamiento central de la cadena, al noreste de Caudé.

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Fig. 7. Detalle de la brecha basal. Puede apreciarse grandes clastos que exhiben una distintiva textura fluidal. Levantamiento central de la cadena, al noreste de Caudé.

Levantamiento central de la cadena, al noreste de Caudé.

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Fig. 8. Generaciones de brechas en la brecha basal; ver debajo del martillo. Levantamiento central de la cadena, al noreste de Caudé.

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Fig. 9. Bolsada de brechas en la brecha basal. Levantamiento central de la cadena, al noreste de Caudé.

 

Muestras cortadas de la brecha basal procedentes de diferentes localidades

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Fig. 10. Brecha basal procedente del sur del levantamiento central de la cadena, cerca de Celadas.

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Fig. 11. Brecha basal procedente del levantamiento central de la cadena, cerca de Camañas. Apréciese la textura de flujo y los clastos mayores ajustados al mismo. El color rojizo de algunos fragmentos calizos probablemente se deba a temperaturas elevadas.

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Fig. 12.Brecha basal procedente de la parte este de la cadena central de levantamientos entre Camañas y Alfambra. De nuevo el color rojizo de algunos fragmentos de calizas sea probablemente el resultado de uan elevación de la temperatura. Muestra cedida por cortesía de P. Bockstaller.

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Fig. 13. Brecha basal procedente del levantamiento central de la cadena, al suroeste de Aguatón. Obsérvense los diquecillos de material de la matriz que cortan algunos clastos.

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Fig. 14. Brecha basal procedente del levantamiento central de la cadena cerca de Celadas. El material blanquecino se interpreta como un relicto de fundido carbonatado.

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Fig. 15. Brecha basal procedente de la parte oeste de la cuenca, al nor-noroeste de Villafranca del Campo. Puede apreciarse la textura de flujo y las múltiples generaciones de brechas. Con respecto al término “brecha”, la presencia de clastos redondeados no debe confundirse. Ésta es un fenómeno bien conocido en las brechas de impacto. Su causa puede ser debida a las rotaciones internas bajo intensa presión (“conglomerización” por impacto, verhttp://estructuras-de-impacto.www.impact-structures.com/france/rouchechouart1.htm ) y/o a la decarbonatación/fusión de los márgenes de los fragmentos carbonatados.

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Figs. 16-19. Más brechas basales procedentes de la parte oeste de la cuenca, al nor-noroeste de Villafranca del Campo: una mezcla multicolor de fragmentos del Buntsandstein, del Muschelkalk, del Keuper ( ¿ y del Jurásico? ), junto con una significativa contribución de material rojizo del Buntsandstein en la matriz.

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Fig. 17. Brecha basal rica en matriz.

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Fig. 18. Apréciese el clasto vesicular de caliza, intensamente corroído, que probablemente se originó por un fuerte calentamiento.

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Fig. 19. Textura fluidal distintiva en la brecha basal.

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Fig. 20. Brecha basal procedente de la parte este de la cuenca, entre Visiedo y Perales de Alfambra.

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Fig. 21. Brecha basal procedente de la parte suroeste del levantamiento central de la cadena, entre Villarquemado y Celadas

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Fig. 22. Brecha basal procedente de la región sureste del borde, al sur del Pobo. A la derecha de la moneda puede apreciarse una brecha dentro de brecha.

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Fig. 23. Otra brecha basal procedente de la zona sur del borde, al suroeste de El Pobo. Pueden apreciarse pocos clastos del Buntsandstein y del Muschelkalk inmersos en una matriz en la que existe una gran contribución de material del Buntsandstein.

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Fig. 24. Brecha basal procedente de la parte sur del Borde, al suroeste de El Pobo. Exhibe predominantemente componentes del Buntsandstein. Pueden apreciarse los diquecillos de (?) fundido carbonatado primigenio que cortan el clasto de arenisca de mayor tamaño (debajo: detalle de lo expuesto).

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Fig. 25. Detalle de la muestra de la Fig. 24. Puede observarse una textura de flujo dentro de flujo (generaciones de textura fluidal) dentro de los diquecillos.