En el norte de España, los conglomerados basales del Buntsandstein se hallan expuestos en grandes áreas en las que por lo general sus componentes cuarcíticos exhiben superficies con marcas por hoyos y cráteres. Estos rasgos son bien conocidos entre los geólogos y son comunmente explicados como debidos a la acción de disolución por presión tectónica y/o litostática.
Una inspección detallada de los conglomerados y análisis de secciones delgadas de cantos cuarcíticos, no obstante, muestran (Ernstson et al. 2001) que no hay evidencia de disolución. Además, los rasgos superficiales apuntan a un origen puramente mecánico. Como se describe con más detalle en los comentarios de las imágenes, las deformaciones han sido causadas por las ondas de choque procedentes de las estructuras de impacto de Azuara y de Rubielos de la Cérida cercanas a los conglomerados. Las ondas de choque y los flujos de masa asociados produjeron aceleraciones internas de los cantos de cuarcita, múltiples colisiones, reverberaciones y espalación (empuje). Nosotros sugerimos, que incluso a bajas velocidades de impacto (del orden de 10 m/s), tienen lugar fuertes esfuerzos compresivos y tensionales debidos a las reverberaciones y efectos de concentración en los cantos. Esta afirmación se ve corroborada por los experimentos de choque en conglomerados artificiales realizados en el EMI en Freiburg (M.Hilt), los resultados de los cuales se exhiben y discuten en la sección de experimentos de impacto en conglomerados sintéticos.
Los cantos marcados por hoyos y craterizados están por lo general relacionados con una fracturación subparalela intensa y poco espaciada, la cual puede ser observada tanto a escala macroscópica como microscópica. Un origen ligado a un gran impacto es el sugerido para estas deformaciones.
Un análisis termométrico de las microfracturas decoradas y sus inclusiones fluidas de agua juvenil ha establecido condiciones hidrotermales comprendidas entre una T de alrededor de 200ºC y presiones entre 0.11 y 026 Gpa (ver I. Siegert 1997, Tesina). Una impronta por una temperatura similar ha sido hallada en la estructura de impacto de Siljan (Komor et al. 1988)
El estudio de los cantos de Buntsandstein y de sus peculiares rasgos muestra que la deformación por choque de los conglomerados puede constituir un criterio regional para reconocer un impacto.
En el mapa de debajo, se muestran con un circulo las estructuras de impacto y los depósitos investigados del Buntsandstein. [ A = Estructura de impacto de Azuara, R = Estructura de impacto de Rubielos de la Cérida, M = Molina de Aragón, Mo = Monasterio de piedra, P = Peracense, Ru = Rueda de la Cierra, T = Torre de las Arcas]