Geofísica de las estructuras de impacto

Las medidas geofísicas han jugado siempre un papel importante en la investigación y estudio de los cráteres de impacto (estructuras de impacto). Probablemente, los primeros estudios fueron realizados en el cráter de Ries en Alemania. Tan pronto como en 1897 (y posteriormente en 1922 y 1926) las mediciones con el péndulo mostraron la existencia de una gravedad mínima y una máxima, parcialmente correlacionadas con las anomalías magnéticas de las mediciones publicadas en el año 1904. En esa época, el cráter de Ries (Nördlinger Ries) de 25 Km de diámetro era considerado como una estructura geológica que se había formado por procesos endógenos ligados al volcanismo.An

Un primer estudio magnético fue también realizado en el cráter Meteor (cráter de Barringer) en 1910. En esa época, el origen de esta excepcional estructura geológica estaba envuelto en una intensa disputa, y las mediciones magnéticas fueron llevadas a término a fin de localizar el gran proyectil metálico enterrado en profundidad que se suponía que debía existir si su origen era por impacto. Como hoy en día sabemos, las mediciones y algunos sondeos realizados antes y después del estudio magnético no tuvieron ningún resultado.

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Fig. 1. Sísmica de reflexión; estructura de impacto de Ries (Alemania)

En la segunda mitad del siglo 20 cuando la aceptación de la realidad de los impactos de meteoritos sobre la Tierra creció, la aplicación de mediciones geofísicas para el estudio de cráteres también se incrementó. En algunos casos, sus resultados fueron utilizados para argumentar a favor de una u otra de las hipótesis planteadas para su formación, a saber: origen endogénico o por impacto meteorítico. Cuando en los años cincuenta los estudios magnéticos revelaron intensas anomalías en la cuenca de Ries, éstas fueron atribuidas a las rocas basálticas que estaban situadas por debajo de los sedimentos Terciarios de la cuenca. De este modo se probaba el origen volcánico del cráer de Ries. 10-20 años después, se demostró que las suevitas de Ries, consideradas por entonces una variedad especial de rocas volcánicas, podían estar intensamente magnetizadas. Posteriores sondeos en la cuenca nunca encontaron los basaltos sino siempre suevitas de impacto como causa de las anomalías magnéticas detectadas.

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Fig. 2. Perfil gravimétrico del cráter Wolfe Creek (Australia). Modificado de Fudali (1979).  

En más de un aspecto, las mediciones geofísicas han contribuido a la investigación de los impactos como es el caso del descubrimiento de cráteres enterrados profundamente en y bajo sedimentos más antiguos. En la mayoría de los casos, la sísmica de reflexión desarrollada para la exploración de gas y petróleo ha permitido delimitar las estructuras de impacto a través de sus rasgos estructurales típicos tales como anillos, levantamientos centrales y reflectores que finalizan de manera brusca, así como por velocidades sísmicas reducidas debido a la brechificación por impacto y la microfracturación. También la famosa estructura de impacto de Chicxulub – relacionada con la extinción en masa del K/T (Cratácico/Terciario) – fue descubierto mediante la geofísica. Tan solo recientemente, los resultados de las mediciones por gravedad desde satélite y las imágenes por radar han permitido identificar una gigantesca estructura de impacto de unos 500 Km de diámetro (“El cráter de la tierra de Wilkes” enterrado bajo la cubierta de hielo antártica (ver: http://en.wikipedia.org/wiki/Wilkes_Land_crater )

 

Aquí nos centraremos en las aplicaciones generales posibles de las mediciones geofísicas en las estructuras de impacto mediante el uso de los métodos gravimétrico, geomagnético, sísmico, geoeléctrico y geotérmico, ilustrándolas con unos pocos ejemplos de diversas estructuras de impacto.